Guillermo Tell
Leyenda Corta

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En los majestuosos Alpes suizos, un valiente arquero llamado Guillermo Tell desafió la tiranía con su puntería legendaria y su espíritu indomable. Esta es la historia de Guillermo Tell, un héroe que luchó por la libertad.

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Guillermo Tell

Hace mucho tiempo, en los hermosos valles de Suiza, los pueblos vivían bajo el gobierno opresivo de los Habsburgo, una poderosa dinastía que imponía altos impuestos y gobernaba con mano dura. En la región de Uri, un gobernador cruel llamado Gessler imponía su autoridad con dureza. Para humillar a los habitantes, Gessler colocó su sombrero en el centro de la plaza de Altdorf y ordenó que todos los aldeanos se inclinaran ante él como símbolo de obediencia.

Un día, Guillermo Tell, un arquero famoso por su puntería, pasó por la plaza con su hijo. Cuando vio el sombrero, decidió no inclinarse, pues consideraba injusto y humillante obedecer tal orden. Los guardias de Gessler lo arrestaron inmediatamente y lo llevaron ante el gobernador.

Gessler, consciente de la fama de Guillermo como arquero, ideó un cruel castigo:
—Si eres tan buen tirador como dicen, demostrarás tu habilidad disparando una flecha que atraviese una manzana colocada sobre la cabeza de tu hijo. Si fallas, ambos morirán.

Guillermo, horrorizado, intentó negarse, pero su hijo lo miró con confianza y dijo:
—Padre, sé que no fallarás.

Con manos firmes y corazón tembloroso, Guillermo preparó su arco y colocó una flecha. Respiró profundo, apuntó con cuidado y disparó. La flecha voló con precisión y partió la manzana en dos sin herir a su hijo. La multitud estalló en vítores, maravillada por su habilidad. Sin embargo, Gessler notó que Guillermo había guardado una segunda flecha.
—¿Para qué es esa flecha? —preguntó el gobernador.
Guillermo, mirando fijamente a Gessler, respondió:
—Es para ti, en caso de que mi primera flecha hubiese herido a mi hijo.

Furioso, Gessler ordenó encarcelar a Guillermo. Sin embargo, durante el traslado en un bote por el lago de los Cuatro Cantones, Guillermo escapó. Más tarde, lideró una rebelión que inspiró a los suizos a luchar por su libertad.

La historia de Guillermo Tell nos recuerda que el valor y la justicia siempre encuentran el camino hacia la libertad.

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