«El piano viejo» – Rómulo Gallegos
Cuento Corto
«El piano viejo» es un relato que refleja la esencia de las obras de Rómulo Gallegos, en las que la conexión con el pasado, la familia y el entorno cultural venezolano se entrelazan para dar vida a una historia de redescubrimiento, esperanza y belleza.
A través de un objeto olvidado, se abre una puerta hacia los sueños y la transformación personal.
El piano viejo
En una vieja casa de un barrio humilde de Caracas, la familia Villalba vivía con más sueños que comodidades. Don Sebastián, el padre, trabajaba como carpintero, mientras que Doña Amalia cuidaba del hogar y sus dos hijos pequeños, Elena y Miguel. Una tarde, mientras limpiaban el desván, descubrieron un piano cubierto de polvo y telarañas. Era un piano viejo, con teclas amarillentas y cuerdas sueltas, que parecía haber sido olvidado por el tiempo.
—¡Qué maravilla! —exclamó Elena, tocando una tecla que apenas emitió un sonido ronco.
Don Sebastián explicó que el piano había pertenecido a su abuelo, un músico de pueblo que solía tocar en fiestas y reuniones. Aunque la música había dejado de sonar en la familia hacía años, ver aquel instrumento despertó algo en Elena.
—¿Podemos arreglarlo? —preguntó con ojos brillantes.
El padre dudó. Restaurar un piano era costoso, y apenas alcanzaba para cubrir las necesidades diarias. Pero la insistencia de Elena lo conmovió. Durante las noches, después de trabajar, empezó a reparar el piano con las herramientas que tenía. Miguel ayudaba a limpiar las teclas, mientras Elena soñaba despierta con las melodías que podría tocar.
Cuando finalmente el piano estuvo listo, aunque no perfecto, Elena se sentó frente a él. Sus manos, al principio temblorosas, empezaron a pulsar las teclas. Aunque nunca había tomado una lección, parecía que la música fluía de su interior, como si la memoria de su bisabuelo guiara sus dedos.
La música llenó la casa, atrayendo a los vecinos. Pronto, Elena tocaba para todos, alegrando las tardes del barrio. La familia Villalba, que había vivido en medio de carencias, encontró en el piano algo más valioso que cualquier riqueza: un motivo para soñar y compartir.
Moraleja: La música, incluso en los lugares más humildes, puede ser un puente hacia los sueños y la conexión con nuestras raíces.
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