La tortuga y las águilas
Fábula de Esopo
Esta fábula de Esopo narra cómo una tortuga, en su deseo de volar, buscó la ayuda de unas águilas. La Tortuga y las Águilas nos enseña sobre la importancia de aceptar nuestras limitaciones y valorar lo que tenemos.
La tortuga y las águilas
Un día, una tortuga observaba a las águilas que surcaban el cielo con majestuosa gracia. Fascinada por su habilidad para volar, la tortuga sintió un gran deseo de abandonar la tierra y experimentar la libertad del aire. Se acercó a un grupo de águilas y les suplicó:
—Por favor, enséñenme a volar. Estoy cansada de arrastrarme por el suelo. Quiero sentir el viento como ustedes.
Las águilas, sorprendidas, intentaron razonar con la tortuga:
—Volar no es algo natural para ti. Tienes tu propio lugar en el mundo, y eso no está en el cielo.
Pero la tortuga insistió tanto que las águilas finalmente cedieron.
—Está bien —dijeron—. Te llevaremos al cielo, pero debes sujetarte fuerte.
Una de las águilas sujetó a la tortuga con sus garras y la llevó muy alto. La tortuga estaba maravillada con la vista, pero pronto se llenó de orgullo y quiso demostrar que podía volar por sí misma. Sin pensar, comenzó a agitar sus patas y dijo:
—¡Miren, estoy volando!
En ese momento, la tortuga perdió el equilibrio y se soltó. Cayó rápidamente hacia la tierra y aterrizó con fuerza, dañando su caparazón. Las águilas, desde el cielo, la observaron con tristeza.
—Esto es lo que ocurre cuando no aceptas quién eres —dijo una de las águilas.
La tortuga, adolorida, comprendió que su deseo de volar la había llevado a olvidarse de sus propias habilidades y limitaciones.
Moraleja:
Acepta tus propias capacidades y limita tus deseos imprudentes. Esta fábula nos enseña que, en lugar de desear lo imposible, debemos valorar nuestras propias fortalezas y nuestro lugar en el mundo.
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