El Gallo y la Perla
Fábula de Esopo

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Esta es la historia de un gallo que, en su búsqueda cotidiana, se encontró con algo valioso que no supo apreciar. El Gallo y la Perla nos enseña que el valor de las cosas depende de quién las observa.

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Un día soleado, un gallo andaba rascando la tierra en busca de algo para comer. Era una tarea que hacía cada mañana, y aunque a veces encontraba granos o semillas, otras veces solo hallaba piedras o ramas inútiles. Pero ese día fue diferente.

Mientras removía el polvo con sus garras, el gallo notó algo que brillaba intensamente bajo el sol. Intrigado, cavó con más fuerza hasta que desenterró una perla perfecta, brillante y hermosa. La levantó con el pico y la examinó con curiosidad. Nunca había visto algo tan hermoso, pero no tardó en mostrar su desinterés.

—¿Qué es esto? —dijo en voz alta—. Seguro que para un joyero o un comerciante esto sería un gran tesoro. Pero para mí, no es más que un objeto inútil. Yo preferiría mil veces encontrar un simple grano de maíz.

El gallo dejó caer la perla y continuó su búsqueda, rascando la tierra en espera de algo que sí le resultara útil. La perla, olvidada, quedó allí, esperando a que alguien más pudiera apreciar su verdadero valor.

Moraleja:

Las cosas valiosas solo tienen sentido en las manos de quien sabe apreciarlas. Esta fábula nos recuerda que la verdadera utilidad de algo depende del contexto y de las necesidades de quien lo posee.