La rana que quería ser un buey
Fábula De Jean de La Fontaine
En esta fábula de Jean de La Fontaine, una rana ambiciosa intenta igualar a un buey, lo que termina en un desenlace desafortunado. La Rana que Quería Ser un Buey nos enseña sobre los peligros de la arrogancia y el deseo de aparentar más de lo que somos.
Cuento de la rana y el buey
En un verde prado, una rana observaba cómo un enorme buey pastaba tranquilamente. Admirada por su tamaño y fuerza, la rana decidió que también quería ser grande y poderosa como él.
—Si el buey puede ser tan grande, yo también puedo —pensó la rana.
Entonces, comenzó a inflar su cuerpo, llenándose de aire poco a poco. Miró a sus compañeras y les preguntó:
—¿Soy tan grande como el buey?
—Todavía no —respondieron las otras ranas.
Determinada a igualar el tamaño del buey, la rana continuó inflándose más y más, hasta que su piel se tensó peligrosamente.
—¿Y ahora? ¿Soy tan grande como el buey? —preguntó de nuevo, ignorando las advertencias de sus amigas, que la miraban con preocupación.
Pero la rana no se detuvo. Siguió inflándose en su intento de superar al buey, hasta que finalmente, con un fuerte estallido, reventó.
Las demás ranas, que habían observado todo desde la distancia, se lamentaron:
—Así terminan aquellos que intentan ser lo que no son.
Moraleja:
La ambición desmedida y el deseo de aparentar pueden llevarnos a la ruina. Esta fábula nos enseña que debemos aceptar nuestras propias cualidades y no intentar ser algo que está fuera de nuestra naturaleza.
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