El pequeño dinosaurio que tenía miedo
Cuento Corto

Tico, un pequeño Triceratops, tiene miedo de todo, pero con la ayuda de sus amigos, descubre que la valentía no significa no tener miedo, sino enfrentarlo con un corazón decidido.

LEER CUENTO CORTO

En un valle verde y soleado vivía Tico, un pequeño Triceratops con una gran imaginación. Aunque sus cuernos eran fuertes y su escudo era resistente, Tico tenía miedo de casi todo: las sombras de los árboles, el rugido del viento y, sobre todo, los ruidos extraños en la noche.

Un día, mientras jugaba cerca del río con su amiga Lila, una traviesa Pterodáctilo, un fuerte crujido se escuchó entre los arbustos. Tico se escondió detrás de una roca, temblando.
—¡Tico, no seas tan asustadizo! —se rió Lila—. Seguro es solo el viento.
Pero Tico sacudió la cabeza.
—Y si no lo es… ¿Y si es algo peligroso?

Cansado de sus propios temores, Tico decidió buscar ayuda. Visitó al sabio dinosaurio Doro, un viejo Brachiosaurio que siempre tenía buenos consejos.
—Doro, ¿cómo puedo dejar de tener miedo? —preguntó Tico.
Doro lo miró con ternura.
—El miedo es como una piedra en el camino, pequeño Tico. Si la esquivas, siempre estará ahí. Pero si la enfrentas, te darás cuenta de que no era tan grande como pensabas.

Esa noche, un estruendo fuerte interrumpió el descanso del valle. Una tormenta estaba llegando. Los dinosaurios se asustaron, y los más pequeños no sabían qué hacer. Tico también sintió miedo, pero recordó las palabras de Doro.
—No puedo quedarme escondido. ¡Tengo que ayudar! —se dijo a sí mismo.

Con valentía, Tico guió a sus amigos a una cueva segura, usando sus fuertes cuernos para apartar ramas caídas y protegiendo a los más pequeños bajo su escudo. Aunque tenía miedo, no dejó que eso lo detuviera.

Cuando la tormenta terminó, todos aplaudieron a Tico. Lila lo abrazó emocionada.
—¡Eres un héroe, Tico!
Tico sonrió tímidamente. Había aprendido que la valentía no es no tener miedo, sino enfrentarlo para ayudar a los demás.

Desde entonces, Tico no dejó de ser un poco temeroso, pero ahora sabía que, con su corazón valiente, podía superar cualquier cosa.