🎄 El abeto – ❄️
Hans Christian Andersen

Un abeto pequeño sueña con crecer y vivir grandes aventuras, pero aprende demasiado tarde que la verdadera felicidad está en disfrutar el presente.

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El abeto

En un bosque, rodeado de majestuosos árboles y suaves susurros del viento, vivía un pequeño abeto. Aunque el lugar era hermoso, el abeto no era feliz. «¿Por qué soy tan pequeño? ¡Quiero crecer rápido! ¡Quiero ver el mundo más allá!», se lamentaba mientras miraba a los pájaros volar libres y a los grandes árboles que hablaban de lejanos horizontes.

Con los años, el abeto creció. Pero, aun siendo alto y fuerte, no estaba satisfecho. «Cuando me lleven lejos, será mi gran momento,» pensaba. Y un día, su sueño se hizo realidad. Los leñadores llegaron, lo cortaron y lo llevaron a un hogar cálido.

Allí, el abeto fue adornado con velas brillantes, dulces y hermosos lazos dorados. Los niños reían y bailaban a su alrededor, y por primera vez, el abeto sintió que su vida tenía sentido. «¡Qué bello soy ahora! ¡Qué momento tan maravilloso!», pensó. Pero la alegría duró poco. Al día siguiente, lo desmontaron y lo llevaron a un oscuro rincón del ático.

Allí, olvidado y rodeado de polvo, el abeto comenzó a recordar su bosque. Extrañaba el canto de los pájaros, la caricia del sol y el murmullo del viento. «Era feliz, pero no lo sabía,» suspiró.

Pasaron días, quizás semanas, hasta que finalmente lo sacaron del ático. «¡Por fin algo bueno me espera!», pensó esperanzado. Pero no fue así. Lo llevaron al patio y lo cortaron en pedazos para usarlo como leña. Mientras ardía en el fuego, el abeto reflexionó: «Siempre soñé con el futuro y nunca disfruté lo que tenía. Mi vida pasó sin darme cuenta.»

El humo de sus ramas ascendió al cielo, mientras los niños jugaban alrededor de las llamas. Y así, el pequeño abeto desapareció, llevando consigo una valiosa lección.

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