El búho y el gato: Una fábula sobre la astucia y la amistad
En un pequeño pueblo japonés, vivía un búho sabio y de mirada penetrante llamado Fukuro. Era conocido por su inteligencia y su capacidad para resolver problemas. Un día, Fukuro se encontró con un gato travieso y juguetón llamado Neko. Neko era conocido por sus travesuras y su astucia para salirse con la suya.
Neko, intrigado por la sabiduría de Fukuro, decidió ponerlo a prueba. Se dirigió a la casa del búho y, con una sonrisa pícara, le dijo:
Neko: «He encontrado un acertijo que nadie ha podido resolver. Estoy seguro de que tú, con tu gran inteligencia, podrás hacerlo.»
Fukuro, intrigado por el desafío, aceptó la propuesta de Neko. El gato le susurró el acertijo al oído:
«Lo que tiene cuatro patas por la mañana, dos al mediodía y tres por la noche. ¿Qué es?»
Fukuro meditó durante largo tiempo, buscando la respuesta al enigma. Observó el cielo, las estrellas, la luna y finalmente, con una mirada triunfante, le dijo a Neko:
Fukuro: «El acertijo tiene una respuesta simple. Lo que tiene cuatro patas por la mañana es un bebé humano, que gatea. Al mediodía, cuando ya es adulto, camina con dos piernas. Y por la noche, cuando se convierte en un anciano, utiliza un bastón como tercera pata para apoyarse.»
Neko, sorprendido por la astucia y sabiduría de Fukuro, quedó admirado. Desde ese día, Neko y Fukuro se convirtieron en grandes amigos. El gato aprendió del búho la importancia de la inteligencia y la paciencia, mientras que el búho encontró en el gato un compañero de aventuras y juegos.
Moraleja: La inteligencia y la astucia son herramientas valiosas, pero la amistad y la lealtad son tesoros invaluables. A veces, las mejores soluciones a los problemas se encuentran en la colaboración y el aprendizaje mutuo.