🎄 Un Cuento de Navidad ❄️
Charles Dickens

Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y solitario, recibe la visita de tres espíritus en Nochebuena, quienes le enseñan el valor del amor, la generosidad y el espíritu navideño.

LEER CUENTO CORTO

Ebenezer Scrooge era un hombre amargado y avaro que despreciaba todo lo relacionado con la Navidad. Vivía solo y trabajaba sin descanso en su oficina, siempre negando ayuda a los demás. Cuando su sobrino Fred lo invitó a cenar en Nochebuena, Scrooge respondió con un despectivo «¡Paparruchas!». Esa misma tarde, rechazó a unos hombres que pedían donativos para los pobres. «¿Que no hay prisiones ni asilos?», les dijo con frialdad.

Esa noche, mientras Scrooge descansaba en su fría y oscura casa, apareció el fantasma de su antiguo socio, Jacob Marley, cargando pesadas cadenas. «Scrooge, tu avaricia te condenará como a mí. Pero aún tienes tiempo para cambiar. Esta noche serás visitado por tres espíritus», le advirtió antes de desaparecer.

Primero llegó el Espíritu de las Navidades Pasadas, que lo transportó a su infancia. Scrooge vio cómo alguna vez fue un niño lleno de alegría, pero el tiempo y su obsesión por el dinero lo alejaron de la felicidad. Después llegó el Espíritu de las Navidades Presentes, quien le mostró la casa de Bob Cratchit, su empleado. A pesar de la pobreza, los Cratchit celebraban con risas y cariño. Scrooge se conmovió al ver a Tiny Tim, el hijo más pequeño de Bob, quien estaba enfermo pero mantenía una sonrisa radiante.

Finalmente, el Espíritu de las Navidades Futuras lo llevó a un lugar desolador. Scrooge vio su propia tumba abandonada, y también un futuro donde Tiny Tim no sobrevivía. Aterrorizado y lleno de arrepentimiento, Scrooge rogó por una segunda oportunidad. «¡Cambiaré, lo prometo!», exclamó.

Al despertar, Scrooge se sintió aliviado al descubrir que era Nochebuena. Corrió por las calles, compró un enorme pavo para la familia Cratchit y comenzó a repartir regalos y alegría. Visitó a Fred para celebrar juntos, y desde entonces, se convirtió en un hombre generoso y querido por todos.

Scrooge nunca olvidó la lección de aquella noche y vivió el resto de su vida con bondad y gratitud.