El libro de la selva
Cuento Corto

Mowgli, un niño criado por lobos en la selva, enfrenta grandes desafíos mientras aprende sobre la amistad, la familia y la valentía, encontrando su lugar en el mundo.

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En lo profundo de la selva india, una familia de lobos encontró a un pequeño bebé humano abandonado. El cachorro humano, como lo llamaron, fue adoptado y criado por la manada. Lo llamaron Mowgli, y creció aprendiendo las leyes de la selva de su madre loba y el sabio lobo Akela.

Mowgli no estaba solo. Bagheera, una pantera elegante y sabia, lo protegía como si fuera su propio hijo, mientras que el oso Baloo, despreocupado y cariñoso, le enseñaba la importancia de vivir feliz.
—Recuerda, pequeño, lo más importante es «lo más vital, no más» —le cantaba Baloo mientras recogían miel y frutas.

Pero la vida en la selva no era siempre tranquila. Shere Khan, un feroz tigre que odiaba a los humanos, veía a Mowgli como una amenaza.
—Ese cachorro no pertenece aquí —rugía Shere Khan—. ¡Pronto será como los hombres que destruyen nuestra selva!

Cuando el tigre amenazó a la manada, Akela supo que era hora de enviar a Mowgli a la aldea humana para mantenerlo a salvo. Bagheera lo guió en su viaje, pero Mowgli no quería abandonar la única vida que conocía.
—¡Soy parte de la selva! —protestó.
—Eres parte de ambos mundos, Mowgli —dijo Bagheera—. Pero necesitas aprender a protegerte.

En su camino, Mowgli enfrentó muchos peligros. Fue capturado por los Banderlogs, los traviesos monos que lo llevaron al templo en ruinas de King Louie, el rey orangután.
—Dame el secreto del fuego, cachorro humano —dijo King Louie, que deseaba usarlo para gobernar la selva.
Mowgli, con astucia, escapó con la ayuda de Baloo y Bagheera.

Finalmente, Mowgli se enfrentó a Shere Khan en un duelo épico. Con valentía, usó su ingenio y el fuego, la herramienta de los humanos, para ahuyentar al tigre. Pero también comprendió que no podía vivir para siempre en la selva. Debía encontrar un equilibrio entre sus raíces humanas y su amor por la naturaleza.

Cuando llegó a la aldea, Mowgli supo que la verdadera familia no depende de dónde vienes, sino de quién está a tu lado. La selva siempre sería su hogar, y con las enseñanzas de Akela, Bagheera y Baloo, llevaría en su corazón el espíritu de la selva.

Así, Mowgli se convirtió en un puente entre los humanos y los animales, recordando siempre que la fuerza y la valentía nacen del amor y la unidad.