El lobo con piel de cordero – Fábula Infantil Tradicional
En un valle verde y soleado, habitaba un lobo feroz y hambriento llamado Lupo. Un día, cansado de cazar sin éxito, Lupo ideó un plan diabólico.
Encontró una piel de cordero abandonada en el campo y, con astucia, se la colocó sobre su pelaje gris. Lupo se miró en un charco y sonrió con malicia. Parecía un cordero inofensivo, perfecto para engañar a su próxima víctima.
Lupo se dirigió hacia un rebaño de ovejas que pastaba apaciblemente en la pradera. Se mezcló entre las ovejas, imitando su balido y moviéndose con torpeza. Las ovejas, confiadas, no se percataron del lobo disfrazado en su midst.
El pastor, un hombre mayor y bonachón, tampoco sospechó nada. Observaba a su rebaño con una sonrisa, ajeno al peligro que acechaba. Lupo, con el corazón palpitando de emoción, se acercó sigilosamente a una pequeña oveja blanca.
De repente, Lupo no pudo contener su instinto salvaje. Se abalanzó sobre la oveja, listo para devorarla. Un grito desgarrador resonó en la pradera. Las demás ovejas corrieron asustadas, mientras el pastor, horrorizado, lanzaba su cayado contra el lobo.
Lupo, descubierto y acorralado, huyó despavorido. La piel de cordero se le desprendió en la carrera, dejando al descubierto su pelaje gris y sus fauces afiladas. El pastor, enfadado y decepcionado, le gritó al lobo mientras se alejaba:
** «¡Miserable! Tu engaño no te ha servido de nada. La malicia siempre se descubre al final.»**
Lupo, avergonzado y derrotado, se adentró en el bosque. Aprendió una dura lección: la mentira y el engaño no son el camino para obtener lo que deseamos. A partir de ese día, Lupo se juró a sí mismo que nunca más volvería a disfrazarse y que buscaría su alimento de forma honesta.
Moraleja: No intentes engañar a los demás para conseguir lo que quieres. La verdad siempre sale a la luz y las malas acciones tienen consecuencias. Es mejor ser honesto y actuar con integridad, incluso si eso significa trabajar más duro.