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El Lorax – Cuento Corto
Dr. Seuss

El Lorax y la Flor de la Armonía Cuento infantil
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El Lorax, escrito por Dr. Seuss, es un cuento que aborda la importancia de cuidar el medio ambiente y los peligros de la avaricia. A través de una historia encantadora y conmovedora, nos enseña el impacto de nuestras acciones en la naturaleza.

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El Lorax

Había una vez un lugar hermoso lleno de árboles de Trúfula, cuyos colores vibrantes y suaves hojas daban vida a todo el paisaje. Allí, los animales vivían felices: los pájaros Zampónidos cantaban en las ramas, los osos Baribalú comían bayas, y los peces Chalupaleta nadaban en ríos cristalinos. Pero un día, llegó un extraño hombre llamado El Una-Vez.

El Una-Vez, ambicioso y lleno de planes, vio los árboles como una oportunidad para hacer fortuna. Con sus hojas suaves, comenzó a fabricar Thneeds, un producto que, según él, «todos necesitan». El Una-Vez cortó su primer árbol y, al hacerlo, apareció el Lorax, una criatura pequeña y peluda que hablaba en nombre de los árboles.

—¡Detente! —exclamó el Lorax—. Yo hablo por los árboles, pues ellos no tienen voz. Este lugar no es solo para ti. Los árboles, los animales y los ríos son importantes.

Pero el Una-Vez no escuchó. Mientras más Thneeds fabricaba, más árboles cortaba. Al principio, parecía que no pasaba nada malo. Sin embargo, con el tiempo, el paisaje comenzó a cambiar. Los Zampónidos perdieron sus hogares, los Baribalú se quedaron sin comida y los ríos, llenos de desechos, se volvieron inadecuados para los Chalupaleta.

A pesar de las advertencias del Lorax, el Una-Vez continuó. Finalmente, el último árbol de Trúfula fue talado. Sin árboles, no había más Thneeds que fabricar. El Una-Vez se quedó solo en un paisaje desolado, sin animales ni ríos limpios, y el Lorax desapareció, dejando solo una roca con la palabra «A menos».

Años después, un niño visitó al Una-Vez para escuchar la historia. Al terminar, el Una-Vez le entregó la última semilla de Trúfula y le dijo:
—A menos que alguien como tú se preocupe de verdad, nada mejorará. Planta esta semilla, cuídala, y quizá el bosque pueda renacer.

El niño tomó la semilla, decidido a hacer la diferencia. Así, la esperanza de un nuevo bosque comenzó a crecer.

Reflexión:

El Lorax nos recuerda que el cuidado del medio ambiente está en nuestras manos. Solo actuando con responsabilidad y empatía por la naturaleza podemos preservar el mundo para las generaciones futuras.

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