El ratón de campo y el ratón de ciudad
Fábula De Jean de La Fontaine
En esta fábula de Jean de La Fontaine, dos ratones con estilos de vida muy diferentes descubren las ventajas y desventajas de sus mundos. El Ratón de Campo y el Ratón de Ciudad nos enseña que la riqueza y el lujo no siempre garantizan la felicidad.
El ratón de campo y el ratón de ciudad
Un día, un ratón de ciudad decidió visitar a su primo, el ratón de campo, que vivía en una modesta madriguera rodeada de campos verdes. El ratón de campo lo recibió con alegría y le ofreció lo mejor que tenía: granos, semillas y frutas frescas.
—Gracias por la hospitalidad, primo —dijo el ratón de ciudad—, pero me sorprende cómo puedes vivir con tan poco. Deberías venir conmigo a la ciudad. Allí, todo es más abundante y lujoso.
El ratón de campo, intrigado, aceptó la invitación. Al llegar a la ciudad, quedó asombrado por la elegancia de la casa del ratón de ciudad. En la mesa, había una gran variedad de manjares: queso, pan, frutos secos y dulces. Ambos comenzaron a disfrutar de la comida, pero justo cuando estaban saboreando un delicioso queso, un ruido fuerte los interrumpió.
—¡Corre! —gritó el ratón de ciudad mientras se escondía detrás de un mueble.
El ratón de campo lo siguió rápidamente, y vieron cómo un gato pasaba cerca, olfateando la comida. Cuando el peligro pasó, volvieron a la mesa, pero momentos después, una puerta se abrió de golpe. Esta vez, era el dueño de la casa, que había regresado inesperadamente.
El ratón de campo, temblando, miró a su primo y dijo:
—Gracias por tu generosidad, pero prefiero mi vida tranquila en el campo, aunque sea sencilla. Aquí, el lujo está lleno de peligros.
Con estas palabras, el ratón de campo regresó a su hogar, agradecido por la seguridad y paz que le ofrecía su humilde madriguera.
Moraleja:
Es mejor una vida sencilla y segura que una vida lujosa llena de riesgos. Esta fábula nos enseña que la verdadera felicidad no está en las riquezas, sino en la tranquilidad y seguridad de nuestro entorno.
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