🎄 El zapatero y los duendes ❄️
Hermanos Grimm
Un zapatero pobre, al borde de la ruina, recibe la inesperada ayuda de unos duendes mágicos que trabajan en secreto por las noches, transformando su vida.
El zapatero y los duendes
Había una vez un zapatero humilde que, a pesar de ser muy trabajador, vivía en la pobreza. Apenas le quedaba cuero para un último par de zapatos. Una noche, cansado y preocupado, decidió dejar el cuero sobre su mesa de trabajo y acostarse temprano. “Mañana haré este último par, y después… ya veremos”, pensó con tristeza.
A la mañana siguiente, el zapatero se llevó una gran sorpresa. Sobre la mesa encontró un hermoso par de zapatos, perfectamente terminados, como si un artesano experto los hubiera hecho. Sorprendido, se preguntó quién podría haberlos confeccionado. Sin embargo, no tuvo tiempo de averiguarlo, porque un cliente entró en la tienda y compró los zapatos al instante, pagando generosamente. Con ese dinero, el zapatero pudo comprar cuero para dos pares más.
Esa noche, dejó el cuero preparado como antes y se fue a dormir. A la mañana siguiente, encontró dos pares de zapatos impecablemente hechos. Nuevamente, los vendió rápidamente y pudo comprar aún más material. Este milagro continuó noche tras noche. Los zapatos eran tan hermosos y bien hechos que todos en el pueblo querían comprarlos. Pronto, el zapatero y su esposa dejaron de preocuparse por el dinero.
Una noche, la pareja decidió quedarse despierta para descubrir quién los estaba ayudando. Se escondieron detrás de unas cortinas y, a la medianoche, vieron algo increíble: dos pequeños duendes entraron en la tienda. Con gran habilidad, cortaron, cosieron y ensamblaron los zapatos, trabajando con alegría hasta que el cuero se transformó en piezas perfectas. Luego, desaparecieron tan rápido como habían llegado.
La esposa del zapatero, conmovida, dijo: “Esos duendes nos han salvado. Debemos agradecérselos de alguna manera”. Como los duendes vestían ropas desgastadas, la mujer sugirió hacerles ropa nueva. Pasaron el día confeccionando pequeñas camisas, pantalones y zapatos. Esa noche, en lugar de dejar cuero, dejaron los regalos.
Cuando los duendes llegaron y vieron la ropa, saltaron de alegría. Se la pusieron y, cantando, abandonaron la tienda para no volver. Aunque nunca regresaron, el zapatero y su esposa siempre recordaron su bondad. La tienda siguió prosperando, y ellos vivieron felices, sabiendo que la gratitud y el trabajo en equipo traen bendiciones.
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