La carta bajo la almohada (Versión Corta)

La carta bajo la almohada

En un pequeño pueblo costero vivía una niña llamada Marina, de cabellos tan dorados como la arena y ojos tan azules como el mar. Era una niña alegre y aventurera, que adoraba explorar las playas y acantilados cercanos. Un día, mientras exploraba una cueva escondida, encontró una botella de cristal con un mensaje dentro.

El mensaje era una carta escrita por un niño llamado Adrián, que vivía en un pueblo lejano. En la carta, Adrián describía su vida, sus sueños y su deseo de conocer a alguien especial. Marina se sintió conmovida por las palabras de Adrián y decidió responderle.

Comenzaron a escribirse cartas con frecuencia, compartiendo sus pensamientos, sueños y aventuras. A través de sus cartas, Marina y Adrián se fueron enamorando poco a poco, a pesar de nunca haberse visto en persona.

Un día, Marina decidió sorprender a Adrián. Con la ayuda de sus padres, preparó un pequeño bote y navegó hasta el pueblo lejano donde vivía Adrián. Cuando llegó, se dirigió a la dirección que Adrián le había dado en sus cartas.

Al llegar a la casa, Marina se encontró con un niño tímido y de mirada triste. No era el Adrián que ella había imaginado, pero al mirarlo a los ojos, Marina supo que era la persona que amaba.

Adrián se sorprendió al verla, pero la alegría pronto se apoderó de él. Se abrazaron con fuerza y se sentaron a hablar bajo la luz de la luna. Se contaron todo lo que no habían podido decir en sus cartas y se dieron cuenta de que su amor era real y profundo.

Marina y Adrián pasaron juntos el resto del verano, explorando la costa, jugando bajo la lluvia y soñando con un futuro juntos. Cuando llegó el momento de despedirse, se prometieron que nunca se olvidarían y que encontrarían la forma de estar juntos.

Marina regresó a su pueblo con el corazón lleno de amor y esperanza. Sabía que la distancia era un obstáculo, pero también sabía que su amor era lo suficientemente fuerte para superarlo.

Todas las noches, antes de dormir, Marina colocaba una carta de Adrián bajo su almohada. Leer sus palabras le daba la fuerza para seguir adelante y la esperanza de que algún día volverían a estar juntos.

Los meses se convirtieron en años, y Marina y Adrián continuaron escribiendose cartas. A pesar de la distancia, su amor se mantuvo fuerte e inquebrantable.

Un día, Marina recibió una carta diferente a las demás. En ella, Adrián le pedía que se casara con él. Marina no dudó ni un segundo en aceptar.

Se casaron en una pequeña ceremonia en la playa, rodeados de sus familiares y amigos. Marina y Adrián finalmente estaban juntos, y su amor había vencido todas las dificultades.

Vivieron felices para siempre, con la certeza de que su amor era tan fuerte como el mar y tan duradero como la arena de la playa.