La cigarra arrepentida
Cuento Corto
En un claro del bosque, una cigarra conocida por su talento para cantar aprendió una valiosa lección sobre la honestidad cuando su engaño puso en peligro la confianza de sus amigos. Esta es la historia de La Cigarra Arrepentida.
La cigarra arrepentida
En un hermoso bosque, vivía Cris, una cigarra famosa por su melodiosa voz. A menudo, cantaba para alegrar los días de los demás, y los animales del bosque la admiraban por su talento. Sin embargo, Cris tenía un problema: siempre encontraba formas de evitar las responsabilidades, confiando en su encanto para salir de los problemas.
Un día, Margo, la hormiga, pidió ayuda a Cris para recoger semillas antes del invierno.
—Cris, si trabajas un poco con nosotros, te aseguraremos comida durante todo el invierno —dijo Margo con amabilidad.
Cris, sin querer esforzarse, respondió:
—Claro, Margo, cuenta conmigo. Estaré ahí al amanecer.
Pero cuando llegó el día, Cris no apareció. En lugar de trabajar, se quedó en su árbol favorito cantando y descansando. Cuando Margo regresó para preguntar qué había pasado, Cris mintió.
—Lo siento, Margo. Me enfermé y no pude salir de casa —dijo, fingiendo un gesto de dolor.
Margo, confiada, la perdonó, pero no fue la última vez que Cris evitó sus responsabilidades con una mentira. Poco a poco, los animales comenzaron a desconfiar de ella, aunque nunca lo decían en voz alta.
El invierno llegó y fue más duro de lo esperado. La comida escaseaba, y Cris, hambrienta, decidió pedir ayuda a sus amigos. Primero fue con Margo, pero esta vez la hormiga le dijo:
—Lo siento, Cris, pero no puedo compartir lo que tenemos. Necesitamos cada semilla para sobrevivir el invierno.
Desesperada, Cris visitó al ratón Rolo, al zorro Zin y al búho Omar, pero todos tenían la misma respuesta: nadie confiaba en sus palabras. Por primera vez, Cris entendió el daño que había causado con sus mentiras.
Arrepentida, Cris se dirigió a Margo.
—Fui deshonesta y egoísta. Lamento haber mentido tantas veces. Prometo cambiar y ser alguien en quien puedan confiar.
Conmovida por su sinceridad, Margo decidió darle una última oportunidad.
—Si eres honesta y trabajas duro, todos podrán confiar en ti de nuevo.
Desde entonces, Cris trabajó codo a codo con los demás, ganándose de nuevo su confianza. Y aunque seguía cantando, aprendió que la honestidad era su mejor virtud.
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