La cigüeña y el zorro
Fábula De Jean de La Fontaine
En esta fábula de Jean de La Fontaine, un zorro y una cigüeña nos muestran cómo las acciones egoístas pueden volverse en nuestra contra. La Cigüeña y el Zorro nos enseña que debemos tratar a los demás con el respeto que esperamos recibir.
La cigüeña y el zorro
Un día, un astuto zorro invitó a su amiga, la cigüeña, a cenar en su casa.
—Ven, querida amiga. He preparado un delicioso banquete para ti —dijo el zorro, con una sonrisa que ocultaba su intención.
Cuando la cigüeña llegó, encontró que el zorro había servido la comida en platos llanos. El zorro, con su hocico, lamió fácilmente la comida, mientras que la cigüeña, con su largo pico, no pudo comer nada. Después de intentarlo varias veces sin éxito, tuvo que marcharse con hambre.
—Espero que hayas disfrutado de la cena —dijo el zorro con ironía.
La cigüeña, sin perder la compostura, respondió:
—Ha sido un placer. Pero ahora te invito a mi casa mañana. Estoy segura de que te encantará lo que prepararé para ti.
Al día siguiente, el zorro llegó a la casa de la cigüeña. Ella había preparado un banquete delicioso, pero lo sirvió en jarras de cuello largo y estrecho. La cigüeña, con su pico, comió fácilmente, mientras que el zorro no pudo meter su hocico en las jarras. Tuvo que irse con hambre, entendiendo así la lección.
—Ahora sabes cómo me sentí ayer —dijo la cigüeña—. Quizás la próxima vez tratemos a los demás como nos gustaría ser tratados.
Moraleja:
Trata a los demás como quieres que te traten. Esta fábula nos recuerda que la falta de empatía y el egoísmo pueden volverse en nuestra contra. La generosidad y el respeto siempre son mejores opciones.
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