La huella imborrable – Cuento Corto
En un pequeño pueblo donde las calles serpenteaban como ríos de adoquines, vivía un niño llamado Mateo. Su vida era tan silenciosa como la biblioteca en la que se refugiaba cada tarde, después de la escuela. No tenía amigos, y las palabras de los libros eran sus únicas compañeras.
Un día, mientras caminaba por el parque, Mateo se encontró con un perro callejero. Era un animal de mirada triste y pelaje desaliñado, pero sus ojos brillaban con una luz de esperanza. Mateo se acercó con cautela y le ofreció su merienda. El perro, con un gesto gentil, aceptó la comida y, desde ese momento, no se separó de su lado.
Lo llamó “Rastro”, porque siempre seguía sus pasos, dejando una huella imborrable en su corazón. Juntos, exploraron cada rincón del pueblo, compartieron aventuras y sueños. Rastro le enseñó a Mateo el valor de la amistad y el amor incondicional.
Con el tiempo, el vínculo entre el niño y el perro se hizo tan fuerte que transformó sus vidas. Mateo encontró la confianza para hablar con otros niños y hacer amigos. Rastro, por su parte, encontró un hogar y el cariño que tanto había anhelado.
“La huella imborrable” es una historia que nos recuerda que, a veces, los amigos más leales no son aquellos que hablan nuestro mismo idioma, sino aquellos que sienten con nosotros y nos acompañan en el viaje de la vida.
Este cuento, aunque breve, está lleno de momentos que abrazan el alma y nos enseñan que la lealtad y el amor pueden venir de las formas más inesperadas y maravillosas. 🐾❤️
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