La Liebre y la Tortuga: Una carrera mágica (Versión Corta)

En un bosque encantado, donde la luz del sol se filtraba entre las hojas creando un mosaico de colores vibrantes, vivía una liebre veloz y arrogante llamada Lina. Era conocida por su rapidez en la carrera, siempre presumiendo de ser la más veloz del bosque. Un día, una tortuga llamada Berta, cansada de las burlas de Lina, la desafió a una carrera mágica.

Lina, segura de su victoria, aceptó el desafío con una sonrisa burlona. La carrera se fijó para la próxima luna llena, y todos los animales del bosque se reunieron para presenciar el evento. La liebre, confiada en su velocidad, se quedó a descansar bajo un árbol mientras Berta, paciente y constante, comenzó a caminar a paso lento pero seguro.

Al llegar la luna llena, el bosque se iluminó con una luz mágica. Los animales se sentaron en círculo alrededor de la pista, expectantes. La carrera comenzó y Lina, como un rayo de plata, salió disparada, dejando a Berta atrás. A su paso, las flores se inclinaban y los pájaros cantaban su nombre.

Berta, sin embargo, no se desanimó. Con su caparazón a cuestas, avanzaba con paso firme, guiada por la luz de la luna que le susurraba palabras de aliento. A su paso, las luciérnagas la iluminaban y los búhos le transmitían sabiduría.

Lina, confiada en su ventaja, se detuvo a descansar bajo la sombra de un árbol frondoso. Se quedó dormida, arrullada por el canto de las ranas y el susurro del viento. Berta, en cambio, continuó avanzando sin parar, iluminando el camino con la luz que emanaba de su caparazón.

Mientras Lina dormía, la magia del bosque comenzó a actuar. Las flores crecieron alrededor de Berta, creando un camino que la guiaba hacia la meta. Las estrellas descendieron del cielo, formando una constelación que le señalaba el camino.

Lina, al despertar, se encontró con un bosque cambiado. La luz de la luna se había intensificado y el camino estaba cubierto de flores. Alarmada, comenzó a correr a toda velocidad, pero ya era tarde. Berta, con su paso lento pero constante, había cruzado la línea de meta primero, rodeada de una aura mágica.

Lina, avergonzada y derrotada, aprendió una valiosa lección: la autoconfianza y la perseverancia son más importantes que la velocidad. Berta, por su parte, se convirtió en un símbolo de esfuerzo y determinación para todos los animales del bosque.

Al final de la carrera, la magia del bosque se disipó, dejando el bosque como antes. Pero la lección aprendida por Lina y Berta quedó grabada en la memoria de todos los animales. Desde ese día, nadie volvió a subestimar el poder de la perseverancia y la determinación.

Moraleja:

  • La autoconfianza y la perseverancia son claves para el éxito.
  • No debemos subestimar a los demás.
  • El esfuerzo y la determinación son más importantes que la velocidad.
  • Todos podemos lograr nuestros objetivos si creemos en nosotros mismos.

Valor: Perseverancia