La Sirenita – Cuento Corto
En las profundidades del océano, una joven sirena soñaba con el mundo de los humanos. La historia de La Sirenita, basada en el cuento de Hans Christian Andersen y adaptada por Disney, relata un viaje lleno de amor, sacrificio y el deseo de encontrar un lugar al que pertenecer.
La Sirenita
En el fondo del océano vivía Ariel, una sirena joven y curiosa, hija del poderoso Rey Tritón, gobernante de los mares. Ariel era diferente a las demás sirenas; mientras ellas disfrutaban de la vida bajo el agua, Ariel soñaba con el mundo de los humanos. Pasaba horas recolectando objetos humanos de los naufragios, guardándolos en una cueva secreta que compartía con su mejor amigo, Flounder.
—Ariel, ¿qué harías con un tenedor? —preguntaba Flounder cada vez que ella encontraba un «tesoro».
—¡No es un tenedor! —respondía Ariel emocionada—. Es un dinglehopper. Lo usan para peinarse.
Un día, mientras exploraba la superficie, Ariel vio un barco. A bordo estaba el Príncipe Eric, un joven apuesto y amable. Ariel quedó cautivada al instante. De repente, una tormenta hundió el barco y Ariel rescató a Eric, llevándolo a la orilla. Mientras él estaba inconsciente, Ariel cantó suavemente. Eric abrió los ojos por un momento y escuchó su melodiosa voz antes de que ella se sumergiera en el agua.
De regreso en el reino submarino, el Rey Tritón descubrió que Ariel había subido a la superficie y se enfureció.
—¡Los humanos son peligrosos! —tronó Tritón—. Nunca vuelvas a ese mundo.
Desesperada por estar con Eric, Ariel buscó a Úrsula, la bruja del mar. Úrsula le ofreció un trato: Ariel se convertiría en humana durante tres días, pero perdería su voz. Si no lograba un beso de amor verdadero antes del atardecer del tercer día, se convertiría en esclava de Úrsula.
—Pero sin mi voz, ¿cómo hablaré con Eric? —preguntó Ariel.
—Tienes tu belleza y tu encanto —sonrió Úrsula con astucia—. ¡Eso debería bastar!
Ariel aceptó y, tras beber una poción mágica, se transformó en humana. Eric la encontró en la playa y, aunque no podía hablar, se sintió atraído por su bondad y alegría. Pasaron tiempo juntos, pero el hechizo de Úrsula amenazaba su felicidad. Disfrazada como una joven llamada Vanessa, Úrsula usó la voz de Ariel para hechizar a Eric y forzarlo a casarse con ella.
Con la ayuda de Flounder, Sebastián, y otros amigos, Ariel recuperó su voz y rompió el hechizo justo antes de la boda. En la batalla final, Úrsula se transformó en un monstruo gigantesco, amenazando con destruirlos. Sin dudar, Eric tomó el timón de un barco hundido y lo dirigió hacia ella, derrotándola.
Conmovido por el sacrificio y amor de Ariel y Eric, el Rey Tritón aceptó dejar a su hija perseguir su felicidad.
—Te quiero, Ariel —dijo mientras la transformaba en humana.
Ariel y Eric se casaron en una hermosa ceremonia, uniendo los mundos del mar y la tierra.
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