🎄 La visita de los Reyes Magos ❄️
Cuento Corto

En un largo viaje guiado por una estrella, tres sabios de tierras lejanas llevan regalos al recién nacido Jesús, viviendo una historia de fe y generosidad.

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Hace mucho, mucho tiempo, en una noche tranquila y estrellada, una estrella brillante apareció en el cielo, más luminosa que cualquier otra. En tres tierras lejanas, tres sabios – Melchor, Gaspar y Baltasar – la observaron con asombro. Cada uno sabía que esa estrella anunciaba un acontecimiento extraordinario: el nacimiento de un rey especial, un rey que traería luz y esperanza al mundo.

Aunque nunca se habían conocido, los tres sabios siguieron la estrella. Melchor, con su cabello blanco y mirada sabia, montaba un camello cargado de oro, pues pensó: «Un rey merece un tesoro». Gaspar, con su barba rojiza, llevaba incienso, un regalo de gran valor espiritual.

Baltasar, de piel oscura y túnica rica, cargaba mirra, un aceite precioso que simbolizaba la humanidad y el sacrificio. Guiados por la estrella, viajaron días y noches, cruzando desiertos, montañas y ríos.

En su camino, llegaron al palacio del rey Herodes para preguntar dónde estaba el recién nacido rey de los judíos. Herodes, al escuchar esto, se sintió amenazado. Fingiendo interés, les pidió que le avisaran cuando lo encontraran. «Quiero adorarlo también», dijo, pero en realidad planeaba algo terrible.

La estrella los guió finalmente hasta un humilde establo en Belén. Allí encontraron al bebé Jesús, acostado en un pesebre, rodeado de María, José y animales tranquilos. Los Reyes Magos se arrodillaron con reverencia, ofreciendo sus regalos al niño. El oro brilló a la luz de la estrella, el incienso llenó el aire con su fragancia, y la mirra fue colocada cuidadosamente junto al pesebre.

Esa noche, los Reyes Magos tuvieron un sueño. Un ángel les advirtió que no regresaran con Herodes. Así que, con el corazón lleno de paz y gratitud, tomaron caminos diferentes para volver a sus tierras, compartiendo la historia del niño que había nacido para traer esperanza al mundo.

Desde entonces, cada año recordamos su viaje como un acto de fe, amor y generosidad.