Las aventuras de Toby – Cuento Corto
Había una vez en el tranquilo pueblo de Vallealegre, un perro llamado Toby. Toby no era un perro cualquiera; era el más travieso y juguetón de todos los canes del lugar. Con su pelaje marrón y sus ojos brillantes, siempre estaba listo para la próxima aventura.
Un día soleado, Toby decidió que era el momento perfecto para explorar el bosque cercano. Convenció a sus amigos, Bella la gata y Picu el pájaro, para que lo acompañaran. “¡Será divertido!”, les aseguró con una sonrisa pícara.
La primera parada fue el viejo molino, donde se rumoreaba que vivía un fantasma. “No hay tal cosa como los fantasmas”, ladró Toby con confianza. Pero cuando un viento repentino hizo que las aspas del molino giraran con un chirrido, los tres amigos salieron corriendo, riendo a carcajadas por el susto que se habían llevado.
Continuaron su camino y encontraron un arroyo cristalino. Toby, sin pensarlo dos veces, saltó al agua, salpicando a Bella, que le lanzó una mirada de fingido enojo. Picu, desde una rama segura, trinó con diversión ante la escena.
La tarde avanzaba, y con ella, las travesuras de Toby no cesaban. Jugó a las escondidas, persiguió mariposas y hasta intentó trepar un árbol, aunque sin mucho éxito. Bella y Picu no podían dejar de reír con las ocurrencias de su amigo.
Cuando el sol comenzó a ponerse, los tres amigos se sentaron en una colina, mirando cómo el cielo se teñía de colores. “Hoy fue un día increíble”, dijo Toby, y sus amigos asintieron. Sabían que con Toby, cada día era una nueva aventura.
Y así, entre risas y juegos, Toby, Bella y Picu regresaron a casa, esperando con ansias la próxima aventura que les depararía el destino.
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