Las tres cabras – Cuento Infantil de miedo

Las tres cabras - Cuento Infantil de miedo

En un valle solitario, rodeado de montañas escarpadas y bosques tenebrosos, vivía una familia de cabras: la madre cabra, una hembra sabia y curtida por el tiempo; y sus tres hijos, Pepito, Manolo y Carmela. Pepito era el mayor, un cabrito aventurero e impetuoso. Manolo era el mediano, un cabrito prudente y observador. Y Carmela era la menor, una cabrita dulce e inocente.

Un día, la madre cabra les habló a sus hijos sobre un prado verde y jugoso que se encontraba al otro lado del valle. «Ese prado es un festín para las cabras», les dijo, «pero tengan cuidado, porque un troll malvado vive bajo el puente que deben cruzar para llegar allí.»

Pepito, ansioso por probar la hierba fresca, decidió ir al prado esa misma tarde. Sus hermanos le advirtieron que no era una buena idea ir solo, pero él no les hizo caso. Manolo y Carmela lo observaron con preocupación mientras se alejaba por el sendero.

Al llegar al puente, Pepito se encontró con el troll. Era una criatura grotesca, con piel verde y escamosa, ojos saltones y una boca llena de dientes afilados. «¡Si quieres cruzar el puente, tendrás que luchar conmigo!», rugió el troll.

Pepito, aterrorizado, se dio la vuelta y corrió de regreso a casa. Manolo y Carmela lo recibieron con un abrazo. «Te lo dijimos», le dijo Manolo, «el troll es demasiado peligroso.»

Esa noche, la familia cabra ideó un plan. Al día siguiente, Manolo y Carmela irían al prado juntos, y Pepito los esperaría escondido detrás de unas rocas. Si el troll los atacaba, Pepito saldría a ayudarlos.

Al llegar al puente, Manolo y Carmela se encontraron con el troll. «¡Queremos cruzar el puente!», le dijo Manolo con voz firme. El troll se rió con malicia. «¡Solo podrán cruzar si me dan algo a cambio!», gruñó.

Manolo y Carmela se miraron, pensativos. «¿Qué quieres?», preguntó Carmela. «¡Quiero su leche!», exigió el troll. «¡Pero si nos quitas la leche, no tendremos qué comer!», protestó Carmela.

En ese momento, Pepito salió de su escondite y lanzó una piedra al troll. La piedra golpeó al troll en la cabeza y lo dejó aturdido. Manolo y Carmela aprovecharon la oportunidad y corrieron hacia el otro lado del puente.

El troll, furioso, persiguió a las cabras por el puente, pero Pepito se interpuso en su camino. «¡No te dejarás pasar!», le gritó Pepito con valentía. El troll rugió y se lanzó sobre Pepito, pero Pepito esquivó el ataque y lo empujó hacia el río.

El troll cayó al agua con un chapoteo y fue arrastrado por la corriente. Las tres cabras, a salvo al otro lado del río, celebraron su victoria. Habían aprendido que la unión hace la fuerza, y que el valor puede vencer al miedo.

Las tres cabras disfrutaron de la hierba fresca del prado durante todo el día. Al caer la noche, regresaron a casa por el puente, ahora libres del terror del troll. En el pueblo, la historia de las tres cabras valientes se convirtió en una leyenda. Un símbolo de esperanza y de lucha contra la opresión.

Y aunque el troll nunca más volvió a ser visto, su sombra oscura aún se cernía sobre el valle. Un recordatorio para las cabras, y para todos los habitantes del bosque, de que el peligro siempre está presente, y que solo la valentía y la astucia pueden vencerlo.