Rapunzel
Cuento Corto

5,0

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En un bosque encantado, una joven con un cabello dorado y mágico vivía encerrada en una torre sin puertas ni escaleras. Así comienza la clásica historia de Rapunzel, un cuento de amor, valentía y libertad.

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Había una vez un humilde matrimonio que vivía junto a un hermoso jardín rodeado por un alto muro. Este jardín pertenecía a una poderosa bruja, conocida como Madre Gothel, quien lo protegía con magia. Un día, la mujer, que esperaba un bebé, vio desde su ventana una planta de rapónchigo (o rampión) en el jardín de la bruja. Se le antojó tanto probarla que no pudo resistirse.
—Si no como de esa planta, no podré vivir —le dijo a su esposo.

El hombre, decidido a ayudar a su esposa, escaló el muro y recogió un poco del rapónchigo. Sin embargo, cuando regresó al jardín para recoger más, la bruja lo descubrió.
—¿Cómo te atreves a robar mis plantas? —gritó Madre Gothel.
El hombre, asustado, le explicó la situación. La bruja, después de pensar un momento, le dijo:
—Te perdonaré, pero a cambio, deberás entregarme al bebé que tu esposa está esperando.

El hombre, desesperado, aceptó el trato. Cuando la niña nació, Madre Gothel apareció y se la llevó. La llamó Rapunzel, y la crió en una alta torre en medio del bosque, sin puertas ni escaleras. La única forma de entrar era trepando por el largo y brillante cabello dorado de Rapunzel, quien, obediente, lo dejaba caer cada vez que Madre Gothel decía:
—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu cabello!

Años después, un joven príncipe que paseaba por el bosque escuchó a Rapunzel cantar desde la torre. Encantado por su voz, observó cómo la bruja subía trepando por su cabello. Al día siguiente, imitando a Madre Gothel, el príncipe llamó:
—¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu cabello!
Rapunzel, al ver al príncipe, se asustó al principio, pero luego conversaron y se hicieron amigos. Pronto, se enamoraron y comenzaron a planear su escape.

Cuando Madre Gothel descubrió el romance, enfurecida, cortó el cabello de Rapunzel y la desterró a un desierto. Usó el cabello para engañar al príncipe, quien, al subir, encontró a la bruja en lugar de su amada. En el forcejeo, el príncipe cayó de la torre y quedó ciego.

Durante años, el príncipe vagó hasta que, por casualidad, encontró a Rapunzel en el desierto. Sus lágrimas de amor cayeron sobre los ojos del príncipe, devolviéndole la vista. Juntos regresaron al reino del príncipe, donde vivieron felices para siempre, lejos de la bruja y su torre.

Así, Rapunzel nos enseña que el amor y la perseverancia siempre encuentran el camino.