Bernardo del Carpio – Cuento Infantil Tradicional
En las montañas de León, en un pequeño pueblo llamado Saldaña, vivía un niño llamado Bernardo. Era un niño fuerte y valiente, con un gran corazón y un espíritu indomable. Bernardo era hijo del conde de Saldaña y de la infanta Jimena, hermana del rey Alfonso II de Asturias.
Un día, el rey Alfonso II decidió desterrar al conde de Saldaña por una disputa familiar. Bernardo, que solo tenía cinco años, se quedó solo en el mundo. El rey, conmovido por la situación del niño, lo acogió en la corte y lo crió como si fuera su propio hijo.
Bernardo creció rodeado de lujos y comodidades, pero nunca olvidó su origen humilde ni a su padre. Se convirtió en un joven apuesto y fuerte, un jinete experto y un guerrero formidable. Su fama se extendió por todo el reino, y pronto se ganó el respeto y la admiración de todos.
Un día, Bernardo llegó a oídos del rey Alfonso II que Carlomagno, rey de los francos, planeaba invadir Asturias. Bernardo, lleno de patriotismo y sed de justicia, se ofreció al rey para defender su tierra natal.
El rey Alfonso II, al principio reticente a poner en peligro a su hijo adoptivo, finalmente aceptó la propuesta de Bernardo. Le confió un ejército y lo envió a la batalla. Bernardo luchó con bravura y astucia, y finalmente derrotó a los francos en la batalla de Roncesvalles.
La victoria de Bernardo en Roncesvalles fue un hito en la historia de Asturias. Demostró al mundo que los astures eran un pueblo fuerte e independiente, capaz de defenderse de cualquier enemigo. Bernardo se convirtió en un héroe nacional, un símbolo de la resistencia y la libertad.
Sin embargo, la felicidad de Bernardo no duraría mucho tiempo. Al regresar a la corte, se enteró de que su padre, el conde de Saldaña, había sido encarcelado por orden del rey Alfonso II. Bernardo, indignado por la injusticia, exigió al rey la liberación de su padre.
El rey Alfonso II, temeroso del poder y la popularidad de Bernardo, se negó a liberarlo. Bernardo, desesperado por salvar a su padre, se rebeló contra el rey. Se levantó en armas y reunió un ejército para luchar contra el rey Alfonso II.
La guerra civil que siguió fue larga y sangrienta. Bernardo luchó con valentía y determinación, pero finalmente fue derrotado por el rey Alfonso II. Bernardo fue capturado y condenado a cadena perpetua.
Bernardo fue encarcelado en el castillo de Luna, donde pasó el resto de su vida. A pesar de estar en cautiverio, Bernardo nunca perdió la esperanza ni la dignidad. Se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia, un ejemplo de heroísmo y sacrificio para las generaciones venideras.
La leyenda de Bernardo del Carpio ha perdurado a lo largo de los siglos. Se ha contado y cantado en poemas, romances y canciones populares. Bernardo del Carpio se ha convertido en un personaje mítico, un héroe inmortal que representa los valores más nobles del ser humano: la valentía, la justicia, la libertad y el amor por la patria.