Corduroy
Cuento Corto sobre la Amistad
En una gran tienda departamental, un pequeño oso de peluche llamado Corduroy esperaba ser elegido por alguien que le diera un hogar. Esta es la historia de su aventura nocturna en busca de un botón perdido y de cómo encontró algo mucho más valioso.
Corduroy
En un rincón de la tienda de juguetes, Corduroy, un oso de peluche con un overol verde, esperaba pacientemente en su estante. Aunque muchos niños pasaban frente a él, nadie lo llevaba a casa. Una tarde, una niña llamada Lisa lo vio y se detuvo con una gran sonrisa.
—¡Mamá, mira este oso! ¿Podemos llevarlo? —preguntó emocionada.
La madre miró al oso y señaló el botón faltante de su tirante.
—Tiene un botón roto. Quizás deberíamos buscar uno en mejor estado —dijo, alejándose.
Corduroy, que había escuchado la conversación, se sintió triste pero también decidido. Esa noche, cuando la tienda quedó en silencio y las luces se apagaron, Corduroy decidió buscar el botón perdido. Bajó cuidadosamente del estante y comenzó a explorar. Caminó entre muebles, lámparas y electrodomésticos, maravillándose con el tamaño del mundo fuera de su estante.
Finalmente, llegó a la sección de camas y vio algo brillante sobre un colchón.
—¡Un botón! —exclamó emocionado.
Corduroy trepó hasta el colchón y trató de arrancar el botón. Sin embargo, al jalar con fuerza, se cayó y tiró una lámpara al suelo, haciendo un gran estruendo. El ruido despertó al guardia de seguridad, quien encontró a Corduroy en el suelo y lo devolvió a su estante.
A la mañana siguiente, Lisa regresó con sus ahorros y compró a Corduroy, sin importarle el botón perdido.
—Te llevaré a casa y te coseré un botón nuevo —le dijo mientras lo abrazaba.
En su nueva habitación, Corduroy sintió algo que nunca antes había experimentado: pertenecer. Se dio cuenta de que no necesitaba ser perfecto para ser querido. Lisa le había dado algo más valioso que un botón: un hogar y un amigo.
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