El baile de las estrellas (Versión Corta)
En un pequeño pueblo, rodeado de verdes colinas y campos de flores, vivía una niña llamada Luna. Luna era una niña soñadora, con ojos grandes y brillantes como estrellas y una sonrisa que iluminaba el cielo. Le encantaba observar las estrellas por la noche, imaginar historias sobre ellas y bailar bajo su luz tenue.
Un día, mientras Luna observaba el cielo nocturno, una estrella fugaz cruzó el firmamento dejando un rastro de luz brillante. Luna la siguió con la mirada y, al hacerlo, se encontró con los ojos más hermosos que jamás había visto. Eran los ojos de un niño llamado Sol, que sonreía con timidez desde el otro lado del campo.
Luna y Sol se enamoraron al instante. Sus corazones bailaban al ritmo de la música celestial, sus almas se unían en un abrazo invisible bajo la luz de la luna. Comenzaron a verse a escondidas, bajo la protección de las estrellas, y juntos exploraban los bosques, reían a carcajadas y se contaban historias fantásticas.
Un día, el pueblo se preparaba para el gran festival anual, una noche mágica donde se celebraba el baile de las estrellas. Luna y Sol soñaban con bailar juntos bajo la luz de la luna llena, pero un malvado hechicero, celoso de su amor, había robado las estrellas del cielo.
El pueblo se llenó de tristeza. Sin las estrellas, el festival no sería lo mismo. Luna y Sol, decididos a recuperar la alegría del pueblo y celebrar su amor, se embarcaron en una aventura peligrosa para desafiar al hechicero.
Atravesaron bosques frondosos, escalaron montañas escarpadas y navegaron por ríos caudalosos. En cada paso, se enfrentaban a las trampas del hechicero, superando pruebas de valor, ingenio y amor.
Finalmente, llegaron al castillo del hechicero, una fortaleza oscura y tenebrosa. Luna, con su astucia y bondad, logró distraer al hechicero mientras Sol, con su fuerza y determinación, se enfrentaba a él en una batalla épica.
Al final, el amor triunfó. Sol venció al hechicero y las estrellas regresaron al cielo, iluminando el pueblo con su luz brillante. Luna y Sol, bajo la mirada celestial, bailaron toda la noche, uniendo sus corazones en un vals mágico.
El pueblo se llenó de alegría y el festival anual se convirtió en una celebración del amor, la esperanza y la valentía. Luna y Sol, para siempre unidos por el baile de las estrellas, vivieron felices en el pequeño pueblo, rodeados de la magia y la belleza del universo.