El fantasma del colegio – Cuento Infantil de miedo
El colegio San Francisco era una institución antigua, con paredes gruesas y techos altos. Algunos decían que era tan antiguo como la propia ciudad, y que entre sus muros habitaba un fantasma.
Marta, una niña de 10 años con cabello castaño y ojos grandes y expresivos, era una de las alumnas más curiosas del colegio. Le encantaban las historias de miedo y misterio, y siempre estaba atenta a cualquier rumor que rondara por los pasillos.
Un día, durante el recreo, Marta escuchó a un grupo de niños hablar sobre el fantasma. Decían que era el espíritu de un antiguo alumno que había muerto en un accidente en el laboratorio de química. Otros decían que era la Llorona, una mujer que buscaba a sus hijos perdidos.
Marta se quedó fascinada con la historia. Esa noche, mientras se preparaba para dormir, no podía dejar de pensar en el fantasma. Se imaginaba su rostro pálido, sus ojos llorosos y sus manos extendidas en busca de ayuda.
Al día siguiente, Marta decidió investigar por su cuenta. Buscó en la biblioteca del colegio libros sobre fantasmas y leyendas locales. También habló con algunos profesores y antiguos alumnos, pero nadie le dio una respuesta definitiva sobre la existencia del fantasma.
Esa misma noche, Marta y sus amigos, Tomás y Ana, se quedaron encerrados en el colegio. Habían organizado una noche de juegos en la biblioteca, y no se dieron cuenta de que la puerta se había cerrado con llave.
De repente, se oyó un ruido en el pasillo. Los tres amigos se miraron con terror. Un escalofrío recorrió sus espaldas. El ruido se volvió más fuerte, como si alguien arrastrara cadenas por el suelo.
Marta, Tomás y Ana se escondieron debajo de una mesa, temblando de miedo. De pronto, escucharon risas y llantos fantasmales. Los pelos se les pusieron de punta.
Ana no pudo aguantar más el terror y salió corriendo. Marta y Tomás la siguieron, tropezando en la oscuridad. Los tres amigos corrieron por los pasillos, perseguidos por los sonidos aterradores.
Finalmente, encontraron una puerta abierta y escaparon del colegio. Se sentaron en la acera, respirando con dificultad. A su alrededor, la ciudad dormía plácidamente.
Marta, Tomás y Ana nunca olvidaron el terror que vivieron esa noche. Aunque nunca vieron al fantasma, estaban seguros de que era real. Desde entonces, no volvieron a entrar al colegio por la noche.
Al día siguiente, la noticia de lo que había sucedido se extendió por todo el colegio. Algunos alumnos no creían la historia de Marta, Tomás y Ana, pero otros se sintieron aterrorizados.
El director del colegio decidió investigar. Revisó las cámaras de seguridad, pero no encontró ninguna imagen del fantasma. Sin embargo, encontró una puerta que había sido forzada. Al parecer, alguien había entrado al colegio esa noche.
¿Era el fantasma? Nadie lo sabe. Lo que sí es seguro es que Marta, Tomás y Ana vivieron una experiencia aterradora que jamás podrán olvidar.