El fantasma goloso
Cuento Corto

En una panadería antigua, famosa por sus deliciosos pasteles, los empleados comenzaron a notar que los postres desaparecían misteriosamente cada noche. Nadie sabía qué ocurría, hasta que Luis, el aprendiz, descubrió la verdad detrás de El Fantasma Goloso.
El fantasma goloso
La panadería «Dulces Sueños» era conocida en todo el pueblo por sus pasteles y galletas. Cada noche, los hornos quedaban limpios, y los pasteles sobrantes se guardaban en vitrinas cerradas. Sin embargo, al día siguiente, siempre faltaban varios. Los dueños pensaron que era un ratón o algún ladrón, pero nunca encontraban huellas.
Luis, un joven aprendiz, decidió quedarse una noche para descubrir qué pasaba. Se escondió detrás de un horno y esperó en silencio. La panadería estaba tranquila, pero a la medianoche, un olor dulce llenó el aire. Luis vio cómo una figura translúcida emergía de uno de los hornos. Era un fantasma, redondeado y flotante, con un sombrero de chef inclinado y una gran sonrisa.
—¡Qué delicia! —dijo el fantasma mientras tomaba un pastel de la vitrina y lo devoraba en un instante. Luego fue por una bandeja de galletas.
Luis salió de su escondite, decidido a enfrentarlo.
—¿Quién eres y por qué robas los pasteles? —preguntó.
El fantasma, sorprendido, lo miró y dijo:
—Soy el Fantasma Goloso. En vida fui un gran pastelero, pero nunca tuve suficiente tiempo para probar mis propias creaciones. Ahora que estoy atrapado aquí, no puedo resistirme a tus deliciosos dulces.
Luis pensó un momento y luego tuvo una idea.
—Si prometes no robarnos más pasteles, te dejaré un postre especial cada noche.
El fantasma aceptó el trato, y Luis preparó un pastel con una receta única para él. Desde entonces, el fantasma dejó de robar y se convirtió en un extraño guardián de la panadería, cuidando que todo estuviera en orden.
Aunque nadie más vio al fantasma, Luis sabía que él seguía ahí, disfrutando de sus dulces en las noches silenciosas.
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