El Molino Encantado
Cuento Corto
En un pequeño pueblo junto al mar, se cuenta la historia de un molino mágico que podía producir cualquier cosa que se deseara. Este cuento popular noruego, El Molino Encantado, nos enseña sobre la ambición, la generosidad y las consecuencias de la avaricia.
El Molino Encantado
Había una vez dos hermanos, uno muy rico y el otro pobre. El hermano rico tenía todo lo que deseaba, pero nunca ayudaba a su hermano pobre, quien luchaba para alimentar a su familia. Una Navidad, el hermano pobre decidió visitar al rico para pedirle algo de comida. Aunque de mala gana, el hermano rico le dio un pedazo de jamón y lo despidió rápidamente.
Mientras regresaba a casa, el hermano pobre se encontró con un anciano misterioso en el camino.
—Ese jamón parece delicioso —dijo el anciano—. Si me lo das, te diré cómo obtener algo mucho más valioso.
El hombre, sorprendido pero curioso, accedió. El anciano lo llevó a una montaña y le mostró un molino mágico que podía producir cualquier cosa que se deseara: oro, comida, ropa y más.
—Pero ten cuidado —advirtió el anciano—, asegúrate de saber cómo detenerlo, o no podrás controlarlo.
El hermano pobre usó el molino para crear comida y regalos para su familia. Pronto, su vida cambió, y se convirtió en una persona generosa, ayudando a sus vecinos con lo que producían del molino. Sin embargo, la noticia del molino mágico llegó a oídos de su hermano rico, quien decidió robarlo.
El hermano rico, lleno de avaricia, no escuchó las instrucciones del pobre sobre cómo detener el molino. Al pedir al molino que produjera sal, olvidó cómo detenerlo, y el molino comenzó a producir sal sin cesar. La casa del hermano rico se llenó de sal, luego el pueblo, y finalmente el molino fue llevado al mar.
El molino continuó produciendo sal en el fondo del océano, y por eso, según la leyenda, el mar es salado.
Reflexión:
El Molino Encantado nos enseña que la generosidad y la humildad son más valiosas que la riqueza sin límites. La avaricia puede llevarnos a perder lo que más importa, mientras que la bondad y el respeto nos traen verdadera prosperidad.
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