La leyenda del arca de Noé – Cuento Infantil Tradicional

La leyenda del arca de Noé - Cuento Infantil Tradicional

En un tiempo muy lejano, cuando el mundo era joven y la Tierra vibraba con la energía de la creación, vivía un hombre llamado Noé. No era un hombre cualquiera, pues su corazón rebosaba de bondad y su espíritu brillaba con la luz de la justicia. Observaba con tristeza cómo la humanidad se había corrompido, sumida en la violencia y la maldad.

Un día, mientras Noé araba la tierra bajo el sol radiante, una voz profunda resonó en su mente. Era la voz de Dios, quien, entristecido por la perversidad del hombre, le encomendó una misión crucial: construir un arca gigante para salvar a su familia y a una pareja de cada especie animal del diluvio que purificaría la Tierra.

Noé, con la fe inquebrantable de los justos, obedeció sin dudar. Reunió maderas nobles y, con la ayuda de sus hijos Sem, Cam y Jafet, comenzó la titánica tarea. La construcción del arca no fue fácil. Durante años, Noé y sus hijos soportaron burlas y críticas de aquellos que no creían en la palabra divina. Sin embargo, la familia perseveró, guiada por la esperanza y la confianza en Dios.

El arca, imponente y majestuosa, se alzaba sobre la tierra como un símbolo de la redención. Poco a poco, animales de todos los rincones del planeta, desde majestuosos leones hasta diminutas hormigas, fueron llegando en parejas, guiados por un instinto infalible.

Finalmente, llegó el día temido. El cielo se oscureció y las primeras gotas de lluvia golpearon la tierra con furia. Durante cuarenta días y cuarenta noches, el diluvio azotó el planeta, purificando la Tierra de la maldad que la corrompía.

Mientras la tormenta rugía en el exterior, Noé y su familia, junto a las parejas de animales, permanecían a salvo en el arca, mecidos por el suave balanceo de las olas. La fe y la bondad que habitaban en su corazón les brindaban consuelo y esperanza.

Al cabo de la tormenta, el cielo se tornó azul y el sol volvió a brillar. El arca se posó suavemente sobre la cima del monte Ararat, una tierra nueva y purificada.

Las puertas del arca se abrieron y una oleada de vida se derramó sobre la Tierra. Los animales, libres y felices, poblaron los bosques, las praderas y los cielos. Noé y su familia, conmovidos por la segunda oportunidad que se les había dado, se postraron ante Dios en agradecimiento.

La leyenda del arca de Noé nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la bondad siempre pueden florecer. Es un símbolo de la redención, del perdón y de la oportunidad de empezar de nuevo.

Moraleja:

  • La bondad y la justicia siempre serán recompensadas.
  • La fe en Dios nos da la fuerza para superar cualquier obstáculo.
  • La Tierra es un regalo que debemos cuidar y proteger.
  • Siempre hay esperanza para un nuevo comienzo.