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El arca de Noé
Cuento Corto

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En tiempos remotos, cuando el mundo estaba lleno de maldad, un hombre llamado Noé recibió una misión divina para salvar a la humanidad y a los animales. Esta es la historia del arca de Noé, un relato de fe, valentía y esperanza.

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El arca de Noé

Hace mucho tiempo, según la Biblia, el mundo estaba lleno de corrupción y violencia. La maldad había crecido tanto que Dios decidió purificar la Tierra con un gran diluvio. Sin embargo, entre los hombres había uno justo y fiel: Noé.
—Construye un arca —le dijo Dios—. Hazla grande y fuerte, porque vendrá un diluvio que cubrirá la tierra. Salvarás a tu familia y a los animales, un par de cada especie.

Aunque muchos se burlaron de él, Noé obedeció. Con la ayuda de sus hijos, Sem, Cam y Jafet, trabajó día y noche hasta completar el arca. Era enorme, hecha de madera de ciprés, con múltiples pisos para los animales y suficiente espacio para alimentos. Mientras trabajaba, Noé advertía a la gente sobre el diluvio, pero nadie le creyó.

Cuando el arca estuvo lista, los animales comenzaron a llegar por sí mismos: leones, elefantes, pájaros, insectos y reptiles. Un macho y una hembra de cada especie subieron al arca, guiados por el plan divino. Noé y su familia también entraron, y las puertas del arca se cerraron.

Pronto, el cielo se oscureció, y la lluvia comenzó a caer. Durante 40 días y 40 noches, el agua inundó la Tierra. Las montañas más altas quedaron sumergidas, y todo lo que estaba fuera del arca pereció. Dentro, Noé y su familia cuidaban de los animales, confiando en que Dios los guiaría a salvo.

Finalmente, la lluvia cesó, y las aguas comenzaron a retirarse. El arca quedó varada en el monte Ararat. Noé envió un cuervo y luego una paloma para ver si había tierra seca. La segunda vez que la paloma volvió, traía en su pico una rama de olivo. Era la señal de que el diluvio había terminado.

Cuando salieron del arca, Noé ofreció un sacrificio en agradecimiento. Dios prometió nunca más destruir la Tierra con un diluvio y selló su promesa con un arco iris en el cielo, símbolo de su alianza con la humanidad.

Así, la historia del arca de Noé nos recuerda el poder de la fe, la importancia de cuidar la creación y la esperanza de un nuevo comienzo.

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