Alicia en el país de las maravillas – Cuento de Disney Corto

Alicia en el país de las maravillas - Cuento de Disney Corto

Érase una vez una niña llamada Alicia, una pequeña soñadora con una gran imaginación. Un día soleado, mientras se aburría a la orilla del río con su hermana, Alicia vio un conejo blanco vestido con chaleco y corbata que corría apresuradamente, murmurando «¡Oh, voy a llegar tarde!». La curiosidad la venció y decidió seguirlo.

El conejo se metió en una madriguera, y sin pensarlo dos veces, Alicia lo siguió. Cayó por un largo tiempo, a través de un túnel que parecía no tener fin. Al final, llegó a un extraño y maravilloso mundo lleno de criaturas fantásticas: un gato sonriente, una oruga azul que fumaba en pipa, un sombrerero loco, una reina de corazones que ordenaba cortar cabezas, y muchos más.

En su primera aventura, Alicia se encontró en un bosque mágico. Allí, se topó con el Conejo Blanco, quien la confundió con su criada Mary Ann y le pidió que buscara sus guantes y abanico. Alicia, dispuesta a ayudar, se embarcó en una búsqueda por el bosque, encontrándose con criaturas fascinantes como la Oruga Azul, que la desafió a recitar un poema para crecer o encogerse, y la Liebre de Marzo y el Sombrerero Loco, quienes la invitaron a una alocada fiesta de té.

Más tarde, Alicia navegó por un río en una barca con el Ratón, el Dodo y otros animales. Durante el viaje, se enfrentaron a una tormenta y a la Falsa Tortuga, una criatura melancólica que les contó una triste historia. Finalmente, llegaron a la casa del Grifo, una criatura mitad león y mitad águila, quien les habló del Juego de Croquet de la Reina.

Alicia asistió al juego, un evento peculiar donde los flamencos servían como mazos y los erizos como bolas. La Reina de Corazones, una mujer tiránica y caprichosa, era la anfitriona del juego. Alicia, con su ingenio y astucia, logró vencer a la Reina en una partida, ganándose su enemistad.

La Reina, furiosa por la derrota, ordenó que le cortaran la cabeza a Alicia. Afortunadamente, el Gato de Cheshire, un enigmático felino con una sonrisa permanente, ayudó a Alicia a escapar del Castillo de la Reina. El Gato la guió hacia el Bosque de Tulgey, donde se encontró con el Mock Turtle, una tortuga falsa que le contó sobre la importancia de la educación.

En el bosque, Alicia también se encontró con el Jabberwock, una criatura feroz y peligrosa. Con la ayuda de una espada que encontró en el camino, Alicia luchó valientemente contra el Jabberwock y lo derrotó. Tras esta victoria, Alicia se sintió más segura y confiada en sí misma.

Finalmente, Alicia llegó a una encrucijada donde tres caminos se bifurcaban. Un letrero indicaba que un camino la llevaría a casa, mientras que los otros dos conducían a lugares desconocidos. Alicia, llena de emociones encontradas, se despidió de sus amigos del País de las Maravillas y tomó el camino que la llevaría de regreso a casa.

Al despertar a la orilla del río, Alicia se preguntó si todo había sido un sueño. Sin embargo, las flores que había conocido en el País de las Maravillas aún estaban en sus manos. Sabía que nunca olvidaría sus aventuras en el mágico mundo que había descubierto.

De vuelta a casa, Alicia era una niña diferente. Ya no era la misma niña aburrida y soñadora que un día se sentó a la orilla del río. Ahora era una niña valiente, segura de sí misma y con una gran imaginación. Había aprendido que en el mundo real, al igual que en el País de las Maravillas, todo es posible si tienes la suficiente imaginación y valentía para seguir tus sueños.

Moraleja:

  • La imaginación es un regalo poderoso. Con ella, podemos crear mundos increíbles y vivir aventuras extraordinarias.
  • La amistad es un tesoro invaluable. Los verdaderos amigos siempre estarán ahí para apoyarnos y ayudarnos en los momentos difíciles.
  • La valentía es esencial para enfrentar los desafíos de la vida. No debemos tener miedo de seguir nuestros sueños, incluso si parecen imposibles.
  • La confianza en sí misma es la clave del éxito. Si creemos en nosotros mismos, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.