La princesa de los gansos – Cuento Infantil Corto

Disfruta de la versión española del cuento «The Goose Girl».

La princesa de los gansos - Cuento Infantil Corto

Había una vez una princesa que se iba a casar con un príncipe de un reino lejano. Su madre, la reina, le dio un pañuelo bordado con tres gotas de sangre de su dedo, que era un talismán mágico que la protegería de cualquier mal. La princesa guardó el pañuelo en su pecho y se despidió de su madre.

La princesa viajó con su doncella, que era muy envidiosa y malvada. Cuando llegaron a un bosque, la doncella le pidió a la princesa que le diera un sorbo de agua de una fuente. La princesa accedió y bajó del caballo para beber. Pero cuando se inclinó, el pañuelo se le cayó del pecho y fue arrastrado por el viento. La doncella lo vio y lo recogió rápidamente.

  • Ahora yo soy la princesa y tú eres mi doncella – le dijo a la princesa -. Si no me obedeces, te mataré. Cambia tu vestido por el mío y no digas una palabra a nadie.

La princesa, asustada y sin su talismán, tuvo que hacer lo que le ordenó la doncella. Así, la falsa princesa se hizo pasar por la verdadera y la verdadera tuvo que fingir ser su sirvienta.

Cuando llegaron al reino del príncipe, la falsa princesa fue recibida con honores y llevada al palacio. El príncipe se sorprendió al ver que su prometida era tan altanera y grosera, pero pensó que quizás era por el cansancio del viaje. La verdadera princesa, en cambio, fue relegada a cuidar de los gansos del rey junto con un muchacho llamado Conrad.

Conrad se burlaba de la princesa por su aspecto humilde y sucio, y le ponía apodos como «la chica de los gansos» o «la tonta». Un día, la princesa se peinó junto a un arroyo y sus cabellos dorados brillaron tanto que Conrad quiso arrancarle uno. Pero la princesa le dijo:

  • ¡Sopla, viento, sopla! Llévate el sombrero de Conrad y haz que corra tras él.

Entonces, un fuerte viento sopló y se llevó el sombrero de Conrad, que tuvo que perseguirlo por el campo. La princesa se rió y siguió peinándose.

Esto se repitió durante varios días, hasta que Conrad se quejó al rey de que la chica de los gansos era una bruja que le hacía perder el sombrero con el viento. El rey quiso comprobarlo y se escondió detrás de un árbol para observar a la princesa. Cuando vio que era cierto lo que decía Conrad, se quedó maravillado de su belleza y de su poder. Se acercó a ella y le preguntó quién era y qué hacía allí.

La princesa le contó toda la verdad, de cómo su doncella le había robado el pañuelo y el vestido, y de cómo la había obligado a cambiar de lugar con ella. El rey le creyó y le dijo que la ayudaría a recuperar su puesto. Juntos fueron al palacio y confrontaron a la falsa princesa, que se puso pálida al verlos.

El rey le preguntó a la doncella dónde estaba el pañuelo que le había dado la reina a la princesa. La doncella dijo que no sabía de qué hablaba, pero el rey ordenó que le buscaran en su habitación. Allí encontraron el pañuelo con las tres gotas de sangre, que demostraba que la verdadera princesa era la chica de los gansos.

El rey mandó castigar a la doncella por su traición y le devolvió el pañuelo y el vestido a la princesa. Luego le pidió que se casara con él, pues se había enamorado de ella. La princesa aceptó y se celebró una gran boda. La reina, que había sido avisada de lo ocurrido, llegó a tiempo para abrazar a su hija y bendecir su unión.

Y así, la princesa y el rey vivieron felices y tuvieron muchos hijos. Y Conrad, que se había arrepentido de sus burlas, se convirtió en su fiel amigo y guardián de los gansos.

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